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Mostrando las entradas de abril, 2009

Rabbits en casa

Hoy en la mañana compré Rabbits de David Lynch en la UCV. Como a las 5, ya despejado de trabajo y de lecturas, me dispuse a verla. Mi niño y su nana habían bajado al parquecito. Así que me tiré en la cama y le di al play. Apenas empecé a ver aquello, no pude más que pensar que uno, como escritor, como creador, está en pañales. Lynch, experto en linchar egos, siempre va más allá. Es un maestro del ir más allá. Aquellos tres conejos (uno macho, dos hembras) con cuerpos humanos —o esos humanos con cabezas de conejos—, la sala de una casa lúgubre, claroscura; los diálogos inconexos que nos recuerdan La cantante calva y lo mejor del teatro del absurdo; los sonidos oscuros de Baladamenti; las recitaciones de palabras oscuras… Sirena lejana. Una manta vieja y caliente. Un perro... se arrastra. Algo va mal. Algo va mal. El perro se arrastra. Luces apagadas. Un viento. Oscuridad. Dientes que sonríen. Una lengua hinchada… …las falsas risas, precisamente de comedia. Un sitcom que no es sitcom.

Bajo tierra de Gustavo Valle, o el triunfo de la imaginación

Sorprende, sorprende y al mismo tiempo agrada que un libro como Bajo tierra de Gustavo Valle haya sido premiado por el jurado de la III Bienal de Novela Adriano González León. Se abre así otro espacio a una forma de escritura que no necesariamente toma los caminos de moda para contar la realidad. Con esta novela se confirma que lo fantástico, lo extraño o lo maravilloso también tienen cabida dentro de la literatura venezolana. Bajo tierra es una demostración más de que la literatura es, sobre todo, imaginación, y no una simple crónica periodística o histórica disfrazada de ficción. La novela de Valle resulta una elaboración simbólica de la realidad desde un lenguaje sencillo y directo, donde la épica, el ritmo cinematográfico y la temática social giran en torno a lo imaginativo, creando así imágenes fascinantes, metáforas surrealistas y bombas mentales poderosas. En Bajo tierra nos encontramos con una Caracas subterránea, llena de cavernas y de túneles donde repta el caos de la alima