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Mostrando las entradas de julio, 2007

Los hermanos Chang tienen logotipo

Rocanegras revive y explica el homicidio de Juancho Gómez

La primera novela de Fedosy Santaella se ubica en la Caracas de los '20 El duque de Rocanegras puede ser un nombre poco conocido para el caraqueño del siglo XXI. Sin embargo, para los de principios del siglo XX, era la máxima representación del dandismo; redivivo ahora por el escritor Fedosy Santaella, quien se estrena en la novelística con este agraciado personaje de la Caracas gomecista. -¿Tiene que ver con Vito Modesto Franklin? -Sí, es el personaje central, también conocido en sus tiempos como duque de Rocanegras y príncipe de Austrasia. El árbitro de la elegancia de los tiempos de Gómez, la envidia de los patiquines, todo un personaje digno de rescatar para la memoria venezolana, tan necesitada de una conciencia más divertida, menos militar. -¿Qué se relata? -El libro Rocanegras se inicia con el asesinato de Juan Crisóstomo Gómez -Juancho-, vicepresidente y hermano mayor de Juan Vicente Gómez. En mi ficción, Rocanegras se ve involucrado en el hecho de sangre. Unas horas ante

El extraño caso de Rocanegras

EL NACIONAL - Martes 03 de Julio de 2007 ALBINSON LINARES "Yo soy la excepción en el mundo. (...) Nunca habían visto cosa igual, mi línea matemática, desde la uña del dedo gordo, hasta el pelo más rebelde de mi órgano capilar. Ni el puente de Brooklyn, ni las pirámides de Egipto que entre paréntesis, no son más piramidales que yo", leía alucinado el escritor. Las extravagantes confesiones, nacidas del delirio ególatra de Vito Modesto Franklin, quien ostentaba el dudoso título nobiliario de "duque de Rocanegras", eran una delicia para Fedosy Santaella. El joven autor refiere que el célebre personaje caraqueño "lo encontró" y no a la inversa: "Tuve en Valencia un programa de radio que se llamaba `El arte del ocio’ junto a José Javier Rojas. Allí nos sentábamos todas las noches a hablar de lo que se nos ocurriera. Era como si estuviéramos en la sala de nuestras casas sentados, bebiendo cerveza y poniendo la música que nos gustaba. Luego de un año, invest